jueves, 25 de junio de 2015

Microrrelato: Piso franco

Estamos aquí, encerrados, y sólo Dios sabe cuándo podremos salir. Tres personas que apenas se conocen, y que se ven forzadas a trabajar juntas pese a sus diferencias. Al menos normalmente, porque ahora lo único que debemos hacer es esperar... Esperar sin pelearnos entre nosotros. Porque sí, esto puede servir para conocernos mejor, pero eso no tiene que implicar necesariamente algo bueno.
De repente, suena el timbre de la puerta. Mientras uno se levanta para ver quién es, todos deseamos en silencio que nos e trate de la pizza, sino de nuevas instrucciones.

Pues no, es la pizza. Parece que pasaremos aquí una noche más.

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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.