jueves, 18 de junio de 2015

Historias de Canción 15

Atrapado en mi mundo de papel y tinta de bolígrafo, siento que me asfixio. No sólo me falta el aire, sino también las ganas de vivir. Llevo así tanto tiempo que apenas lo logro recordar; es casi como si esto hubiera sido lo único que he hecho en mi vida. Lo cual casi podría ser verdad.

Pero no lo es, lo sé, y en ese pensamiento me aferro al tratar de no perder la cabeza. Sólo un día más, apenas 24 horas, y todo esto habrá acabado.

Debo ser fuerte. Permanecer en mi puesto y no decaer. Escribir cuanto haga falta, leer lo que sea necesario. Todo cuanto se requiera para salir de aquí por la puerta grande, victorioso.

Podría dejarlo todo de lado y huir, correr a refugiarme en algún lugar seguro donde esconder la cabeza para no volver a salir jamás. Pero no es eso lo que se espera de mí ni, lo más importante, lo que yo esperaría de mí. Después de todo, tengo un objetivo que alcanzar, un motivo por el que seguir siendo fuerte y continuar con mi tarea.

Por difícil que resulte, lo conseguiré.

Después de todo, sólo faltan 23 horas y 48 minutos para que esto termine y pueda marcharme a casa, donde no necesite hacer ni un sólo examen más (al menos de momento).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Recuerda que en éste blog no están permitidos los enlaces de ningún tipo. Si en la moderación de los comentarios encontramos alguno, procederemos a borrar vuestra aportación.
Lamento la situación, pero la ley nos obliga.