Se dio cuenta de que nada era un sueño, que aquello que parecía tan irreal era verdadero. Pero, ¿porqué seguía allí? ¿Las almas no iban al cielo o al infierno?
Se quedó allí, en frente de sus padres, absolutamente inmóvil hasta que se despertaron: primero su padre y luego su madre. Parecía algo muy natural, pero sabía que no lo era: ellos hacía tiempo que no dormían juntos.
Sintió ganas de llorar pero no sabía como hacerlo en su actual estado, al comprobar que sus padres ignoraban su presencia. Salió de la casa tan veloz como lo es la luz, no sabía a donde dirigirse; nadie le había explicado lo que había que hacer cuando ocurría tal cosa.
Sí, como cualquier otro humano, había crecido inundada es antiguas y escalofriantes historias de fantasmas que atemorizaban a los vivos con sus voces roncas o soplando sobre sus nucas un gélido aire fantasmal. Pero ella no quería, ella no era así.
Ella sólo quería llorar, llorar por su propia muerte. Llorar para calmar su confusión.
La chica había muerto, y por mucho que intentara recordar cómo había llegado a aquel ahorcado, algo lo bloqueaba.
Por inspiración, tal vez, recordó aquel bulto que había en la habitación de cristal donde se encontraba el foco del faro. Ahora a la luz del día podría ver lo que era. Así que se dirigió allí sin parar a pensar en nada más. El bulto, pensaba ella, sería la clave de aquella pesadilla.
Pasé por tu blog y me gustó mucho,e scribes muy bien, espero seguir leyendote, saludos!!!
ResponderEliminarHola, pasando a saludar y tambien para invitarte a que pases y veas mi blog a ver si encuentras algo de tu agrado y si te gusta intercambiemos enlaces, una suerte de fucionar dendritas o algo asi diria yo,je.
ResponderEliminarSaludos y hasta la proxima.
andrés, me alegra de que te haya gustado y espero que sigas viniendo por aquí.
ResponderEliminarNokenicus, intentaré pasarme al finalizar la clase.