viernes, 10 de abril de 2015

Amistad en la distancia

La amistad puede entenderse de muchas formas. Hay personas que llaman amigos a casi todos; exagerando, pueden llegar a utilizar ese término para referirse a alguien con quien hablaron largos minutos en una sala de espera, aunque no vayan a volver a ver a esa persona.

En mi opinión, la amistad es algo más profundo. Tal vez use el término de manera ligera en ocasiones, principalmente por evitar explicaciones del tipo "una chica con la que me llevo bien y que la conozco desde hace mucho". Es mucho más fácil decir "una amiga".

Pero la verdadera amistad es aquella que, suceda lo que suceda, sigue ahí. La que te impele a solucionar los conflictos casi al momento en que se producen, no por la amistad en sí sino por lo que te importa la otra persona. La que te lleva en ocasiones a sacrificarte porque la otra persona no sufra, antes incluso de conocer a fondo el problema. La que hace que ayudes al otro aunque te insista en que no es necesario.

La distancia puede hacer mucho daño a las relaciones, especialmente si son románticas. A veces puede llegar a desintegrar una relación que llevaba años cimentándose. Pero cuando el lazo es fuerte, cuando la amistad es fuerte, ésta puede debilitarse pero nunca llegar a romperse.

(Dedicado a aquellos amigos que han de cubrir largas distancias -por avión o por correo- para continuar juntándose y disfrutando los unos de los otros).

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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.