martes, 14 de abril de 2015

MISIÓN 59J308

  • OBJETIVO 1: Conseguir café decente para La Oficina
  • OBJETIVO 2: Lograr que Los Otros tengan uno de peor calidad
  • AGENTES PARA LA MISIÓN: Lío y Lúo, acompañados por Alon en calidad de guardaespaldas
Nos encontramos en el despacho de Tido, el jefe de La Oficina, quien se halla... Seamos francos, nadie tiene ni la más remota idea de a dónde va cuando no está a la vista. Existen teorías y rumores, como no podía ser de otra forma, pero tardaría días en contarlas todas. Y en ese tiempo habrían surgido otras nuevas.

Como decía, nos encontramos en el despacho del jefe. Como no está, se encarga de asignar la misión Nata, diminutivo de Ordenata. Una gran pantalla, en la que de momento se ve el salvapantallas clásico (realmente no importa cuál sea, ¿verdad?), cuelga de la pared detrás del escritorio. Frente a ésta, a una distancia prudencial, se encuentran tres agentes.

Dos de ellos son Lío y Lúo, los novatos gemelos que entraron hace casi un año en La Oficina. Son idénticos, tanto en su físico como en su mente; ambos concienzudos, quieren asegurarse de conocer al detalle cada misión antes de emprenderla. Tal vez por eso nunca les permitan participar en las más urgentes o importantes.

Junto a ellos, el silencioso Alon. Al contrario que a sus jóvenes compañeros, poco le importa a este leal soldado conocer todos los recovecos de la misión. Se conforma con conocer su parte lo suficiente como para poder seguir sus órdenes con diligencia y sin errores. Así que no toma parte en la discusión que se está produciendo en este momento, como en tantos otros del pasado y posiblemente del futuro.

–Yo sólo digo –exclama Lío... o Lúo, es difícil distinguirlos–, que se pueden entender muchas cosas distintas por "café decente".

–Es cierto –interviene... el otro gemelo–, no es lo mismo colombiano que de mezcla, ni normal que descafeinado.

Su hermano va a abrir la boca para darle la razón cuando Nata decide replicarles.

–A ver –pese a su tono metálico, se puede notar en la voz artificial la impaciencia que esos dos siempre provocan en la gente–. Por decente se entiende de mejor calidad que el que hay ahora. Es decir, que tomarlo no provoque diarrea, urticaria ni ningún otro efecto adverso.

–Pero el café –dice... un gemelo– de por sí puede generar efectos adversos. Subir la tensión, por ejemplo, o...

–Ningún efecto adverso que no pueda considerarse normal en el consumo de cualquier clase de café –especifica Nata.

Incluso Alon, generalmente capaz de mantenerse en su puesto en condiciones en que incluso el servicio de correos cierra sus puertas, empieza a hartarse de la discusión. Por ello deja de escuchar y tuerce el cuello para mirar por la ventana. Pasa así nadie sabe cuánto tiempo, hasta que se da cuenta de algo. Mira de nuevo a sus compañeros, que han pasado a discutir sobre el lugar y modo en que han de realizar la adquisición. Aclarándose la garganta, les interrumpe.

–Ruego me disculpéis, pero me temo que hoy ya no podremos hacer nada.

Sin más explicaciones señala el reloj, se levanta y se marcha.

ESTADO DE LA MISIÓN: Pospuesta hasta que reabran las tiendas.

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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.