martes, 28 de abril de 2015

Misión 59J310


  • OBJETIVO 1: Tender la ropa recién lavada
  • OBJETIVO 2: No permitir que se seque en el barreño por atender imprevistos
  • Agentes para la misión: Lyn y Elu
Nos encontramos en esta ocasión en El Hogar, listos para observar la realización de una tarea semanal: tender la ropa. Pese a que pueda parecer algo indigno de llamarse misión, la situación acostumbra a ser compleja. Después de todo, se trata de la colada semanal de un sitio con mucha gente, cuyas ropas, además, pueden estar especialmente sucias tras un largo día de trabajo. Cómo se las arregla Lyn para limpiar las manchas de sangre y Ketchup y de barro y chocolate, será algo que tal vez observemos en otro momento. Pero ahora toca la colada.

Tanto al encargada con el niño-ayudante acaban de pasar casi media hora sacando la ropa limpia de la lavadora y separándola en varios barreños. O, más bien, la super-lavadora, debido a su gran tamaño y capacidad. Ahora se disponen a llevarla al patio trasero, donde están las cuerdas de tender. Normalmente han de hacer dos viajes, pero esta vez ha aparecido el caballeroso Alon, a quien han obligado a ayudarles llevando uno de los barreños. Lyn lleva otro, y Elu ha puesto el suyo en un pequeño carrito de juguete con el que puede trasladarlo sin gran esfuerzo. Juntos se dirigen al patio de donde, nada más descargar su lastre en el suelo, Alon huye como alma que lleva el diablo. Caballeroso, sí, pero con límites.

De cualquier manera, Lyn y Elu se ponen manos a la obra. Dada su altura, el chico sólo puede pasarle a Lyn las pinzas y las prendas de ropa, pero no tenderla por sí mismo. De todas formas, avanzan a buen ritmo. Durante unos minutos nada malo ocurre. Hasta que aparece Tido.

Con su innata capacidad de entorpecer a la gente de su alrededor, y sin explicar en absoluto los motivos que le conducen a ello, se ofrece a ayudar. Con reservas, Lyn acepta. Después de todo es el jefe y, qué diablos, también es mucha ropa. Además, tender se le antoja sencillo, por lo que no ve ningún mal en ello. Tal vez así le dé tiempo a preparar aquellas galletas que tanto le gustan a Elu.

Craso error confiar en hombre tan desastroso.

AL final, Lyn se ve obligada a recordar a Tido sus quehaceres en la Oficina, para tratar de este modo que les deje de nuevo a solas. Cuando lo logra, mira la ropa que estaba tendiendo el jefe. ¿Quién cuelga una camiseta de una manga y un pantalón de la entrepierna? Y mira que es difícil hacerlo con una única pinza...

Suspirando, Lyn se dispone a reparar los daños antes de que la ropa se deforme o se caiga. Un rato después puede continuar con lo que queda en los dos últimos barreños... aunque para cuando llega al final la ropa ya se estaba empezando a secar.

Estado de la misión:

  • Objetivo 1: cumplido
  • Objetivo 2: parcialmente cumplido. Aunque podría haber sido mucho peor
  • Estado global de la misión: exitosa con reservas

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