jueves, 14 de mayo de 2015

MIcrorrelato: El ogro

Érase una vez un malvado ogro que vivía en una enorme y fea casa cerca de un pantano. Ya fuese por el aspecto de su casa o por el del pantano, nadie se acercaba a él. Y pasaba mucho hambre.

Los ogros comen niños. Y ningún niño se acercaba por ahí, así que no tenía nada que echarse a la boca. Hasta que, un buen día, ideó un plan. Usando jirones de tela de las ropas dejadas por víctimas muy distantes en eltiempo, se diseñó un disfraz. También utilizó tintes que hizo con tierras y barro.

Cuando se lo hubo puesto, recordó que tenía una especie de espejo por alguna parte de su casa. Lo encontró, y en su reflejo pudo ver a un hombre, algo feo y repulsivo, pero claramente un hombre. Aguantándose el impulso de brincar y chillar de emoción, salió camino del bosque cercano.

Allí, disfrazado de este modo, pudo al fin encontrar cada cierto tiempo algunos niños para comer.

Y el ogro volvió a ser feliz con el estómago a rebosar.

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