jueves, 28 de mayo de 2015

Microrrelato: Bajo Sospecha

Todos ellos son sospechosos. Sin excepción. Todos guardan secretos, a cada cual más terrible, formando una complicada madeja de engaños y mentiras. Y sólo desenredando esa madeja podré hallar al responsable.
Es un trabajo arduo, más desesperante cada día que pasa, pues lo que al principio parecía una familia normal más se asemeja ahora a la cuna del crimen. Las típicas familias mafiosas del cine y la televisión podrían aprender de ellos.

Bucear entre tantos secretos ajenos, pertenecientes a gente a la que llegué a compadecer a causa de su pérdida (o pérdidas), no es tarea fácil. De hecho, no sé qué será de mí después de haber visto semejantes... no sé ni cómo llamarlos.

Pero el fin está cerca, lo sé. Pronto señalaré al culpable y podré marcharme a casa.

Nota: gracias a los responsables de esa serie, que lograron mantenerme en vilo hasta el final.
Nota 2: este microrrelato fue escrito a falta del visionado de los dos últimos capítulos de la primera temporada de Bajo Sospecha.

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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.