miércoles, 20 de abril de 2016

MIsión 59J321-2


  • Objetivo: conseguir el dinero para el frigorífico
En el paseo de la playa puedes encontrarte dos visiones muy diferentes. Una de ellas incluye un millar de gente en bañador, torsos desnudos y chanclas deslucidas por los efectos del sol y la arena. La segunda visión posible se reduce al... paseo. Muretes reconstruidos y baldosas medio rotas por el efecto de millares de paseantes en chanclas.

La segunda posibilidad es ideal cuando quieres dar una vuelta, sea con patines, en bicicleta o simplemente andando. Sin embargo, cuando tu intención es vender bisutería barata... Digamos que la amplitud de espacio te hace un flaco favor.

Fue éste el panorama que Lío y Lúo se encontraron cuando llegaron al paseo. Otros habrían tirado la toalla antes de abrir siguiera las bolsas donde guardaban todo. Pero ellos no. Para los gemelos la rendición sin batalla no existe.

Por eso, escogen una zona en que el murete parece estable y extienden su mercancía. Mientras uno de ellos se queda junto al "puesto", el otro coge algunos collares y se coloca en mitad del paseo, listo para encandilar a quien por allí se acerque.

Horas más tarde, pese a la mágica verborrea de los gemelos, apenas han reunido veinte euros.

De pronto, ven una figura recortándose en la lejanía. Un porte firme, gallardo y decidido. El modo de andar de alguien que se sabe con derecho a hacer lo que hace, porque siempre hace lo correcto. Poco a poco se aproxima a ellos, y al llegar a su altura les ofrece la bolsa de papel que lleva con él. Tras dejársela y despedirse, regresa por donde ha venido.

Los gemelos abren raudos la bolsa, descubriendo en su interior pequeños muñecos de distintas formas y tamaños, elaborados todos ellos con la conocida técnica del ganchillo. Con el ánimo renovado, colocan los muñecos junto a los collares y pulseras, y regresan a sus labores comerciales.

Eilun Megáricus es un hombre rico, y un abuelo a quien le encanta regalar pequeños detalles a sus numerosos nietos. Cerca ya de una reunión familiar, ha salido al paseo a buscar algún capricho para los niños. De improviso, su mirada se centra en unos curiosos muñecos hechos de ganchillo, y decide que deben ser suyos. Sin preocuparse de lo que le piden por ellos, extiende un cheque al portador por valor de 370 euros. Nunca entendió la relación calidad-precio.

Estado de la misión: cumplida

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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.