lunes, 4 de abril de 2016

Querido Tú (Día 1 - 1/4)

Querido Tú:

Sé que es un modo extraño de empezar, pero aún no sé como te llamarás. ¡Eras tan pequeño en la imagen que me mostró el médico esta mañana!

Sin embargo, estás ahí, y por eso he decidido escribir esta especie de diario. Dentro de unos meses llegarás a este mundo, un mundo extraño hasta para quienes viven en él, y necesitarás toda la ayuda posible.
Así que escribiré un diario para ti, en el que te contaré la increíble historia de este lugar y sus habitantes. Una historia tal cual ocurrió, escrita de primera mano por alguien que estuvo ahí en muchos de los eventos más importantes de los últimos diez años.

Pero como no tiene sentido contarte cuál es la situación actual así sin más, empezaré por el principio.

Hola. Soy tu futura mamá, y mi nombre es Kehla. Nací hace mucho, o me da esa impresión, en un pueblecito llamado Oddville. Ahora creo que el propio nombre del pueblo era premonitorio, que hacía referencia a todos los raros sucesos que allí ocurrirían. Pero al principio todo era normal.

Aunque supongo que el día en que conocía a tu padre debería haberme dado alguna pista...

Recuerdo que era miércoles, y que estábamos en primavera. Aún hacía fresco por las mañanas y las tardes, pero no tanto como para aceptar ponerme una chaqueta por mi propia voluntad. Tu abuela y yo discutíamos mucho por esto en aquella época, y ese día no fue una excepción. Yo tenía casi diez años, así que estaba convencida de ser capaz de elegir por mí misma algo tan sencillo como eso. Así que, en un descuido de mi madre, salí de casa sin coger la chaqueta.

¡Espero que tú no hagas igual dentro de algunos años!

El caso es que me dirigí al parque, para jugar un poco en los columpios mientras esperaba que Sei saliera de sus clases de piano. En el colegio decía que sus padres le obligaban a tomarlas, pero yo sabía que en el fondo le encantaban esas clases, pese al olor a tabaco de pipa de su profesora.

Como decía, dirigí mis pasos al parque, pero no llegué hasta allí. A una calle de distancia me pareció oir algo en otra dirección. Al no esperarme nadie, seguí aquel sonido hasta la parte de atrás del videoclub. Una vez allí me pare en seco, porque el sonido había parado. Miré a mi alrededor, intrigada, y volvió a sonar. Esta vez parecía provenir del bosque.

Tras un instante de indecisión, me encogí de hombros y me acerqué al árbol más crecano, contenta de tener algo con que entretenerme.

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