viernes, 15 de abril de 2016

La imaginación a volar: la huída

Era ya avanzada la noche. El niño, en su nueva habitación, estaba a punto de dormirse cuando oyó una leve llamada en su puerta. Mientras se restregaba los ojos, cansado, la puerta se abrió y se cerró con rapidez. Su hermana, unos años mayor que él, se acercó a su cama y dejó su mochila y su chaqueta en el suelo.

–Álex, no tienes por qué irte –protestó en voz baja.

–Sabes que sí, Max –repuso ella–. Sabes que sólo me quedé contigo de manera temporal, para asegurarme de que estarías bien. Alice y Jason son buenos padres, cuidarán bien de ti y te protegerán.

–Supongo –admitió él a regañadientes.

–Sabes que es verdad, Max –insistió ella–. Igual que es verdad que te quiero, hermanito.

–Yo también te quiero, Álex.

Los chicos se dieron un fuerte aunque fugaz abrazo, tras el que ella le dio un beso en la frente.

–Ahora debo irme.

La chica se puso su chaqueta, se colocó la mochila a la espalda, y salió de la habitación tan sigilosamente como había venido.

La pregunta: ¿A dónde va Álex y por qué es tan importante que se separe de su hermano?
Bonus: Esta "historia" es una copia casi calcada de un sueño que tuve hace tiempo. Tras el "ahora debo irme" me desperté, así que me quedé sin saber qué pasaba. Sólo sé que fueron adoptados o acogidos poco antes de esta escena, pero nada más.

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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.