Yo te imagino dormido, profundamente dormido mientras todo aquello ocurría a tu alrededor. De otro modo, ¿cómo podrías ahora no saber de lo que te estoy hablando? ¿Cómo puedes...?
Debo calmarme, respirar profundamente y no dejarme llevar por la desesperación. Esa nunca ha sido una buena compañera de cama.
Ni siquiera entiendo cómo es posible que sigas vivo, después de eso... Pero sí, es cierto, tal vez debería comenzar por el principio, y quizá así recuerdes algo.
Tú estabas en la base Alpha, donde trabajas analizando las muestras de hielo que otros llevan a tu laboratorio. Dices que allí te sientes seguro, porque confías en todos aquellos que se dedican a aislar la base del frío exterior, ese frío que os mataría en cuestión de segundos si alguien se dejara una puerta abierta.
Y de acuerdo con los informes automáticos que nos han llegado, parece que eso fue lo que ocurrió, aunque de algún modo tu sección quedó protegida, o si no no estarías hablando conmigo.
Espera... Creo que ya puedo conectar la cámara de tu portátil. Mira que tener que hacerlo yo de manera remota...
Pero, ¿qué es eso? ¿Qué le ha ocurrido a tu rostro? ¿Y a tus manos? Ese pelo blanco... Ese aspecto no es el tuyo.
Y si no eres tú con quien hablo, ¿quién eres?
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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.