martes, 24 de marzo de 2015

La dificultad de aprender idiomas

¿Por qué nos cuesta tanto aprender otros idiomas? ¿Acaso es una imposibilidad creada por la configuración de nuestras mentes? ¿O más bien se trata de una especie de miedo escénico que nos impide lanzarnos a hablar otro idioma por temor a hacerlo mal?

En mi caso, creo que se trata de la tercera opción. Tal vez por ello las dificultades se centren en el plano oral, que depende más de uno mismo ya que, en una conversación (por ejemplo), no es viable consultar cada tres por dos un diccionario.

Por supuesto, la dificultad estriba igualmente en la problemática de las traducciones. Tendemos a traducir lo que se nos dice a nuestro idioma, así como hacer traducciones de lo que pretendemos decir. Pero en muchas ocasiones algo así no es viable. Por buena y fiel que sea la traducción, hay muchos conceptos que tienen connotaciones diferentes en un idioma u otro. Por ejemplo, nuestros chistes verdes en inglés son azules. En este caso es posible una correcta traslación, pero en numerosos casos esto no es así.

Tal vez por ello los buenos profesores recomiendan pensar en el idioma que se esté utilizando para comunicarse, evitando de este modo las traducciones, sean éstas malas o no. Obviamente, esta situación es difícil de alcanzar, aunque se trate de la solución ideal.

Supongo que habrá que insistir hasta que logremos conseguirlo.

1 comentario:

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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.