Llega tarde el 28, como siempre. Todos los números, del 1 al 50, están presentes. Menos el 28. No sé qué vamos a hacer con él...
Supongo que por el momento habrá que apañarse sin el 28. Aunque de este modo queda un hueco vacío, cosa que habrá que tener en cuenta a la hora de organizarnos. Pero bueno, somos profesionales; esto no debería suponernos ningún problema extra.
Comienza la fiesta, atentos a la ausencia del 28 y a su posible llegada... esperemos que de un momento a otro.
Se oyen ruidos al otro lado de las cortinas, lo que aumenta el nerviosismo y a existente. Les brindo palabras de aliento, con la esperanza de que no se dejen llevar por la histeria.
Los minutos pasan y los ruidos aumentan, así como sonidos de conversaciones cuyas palabras, sin embargo, escapan al entendimiento.
Se acerca el momento... y seguimos siendo uno menos de lo que deberíamos. Esto aumenta el estrés reinante entre los distintos números. El 28 suele tardar, pero nunca tanto como hoy.
Ya ha llegado el instante en que todo ha de comenzar... y al fin se ve llegar al 28. Se coloca en su puesto justo antes de que levanten el telón. Ya podemos empezar.
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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.