jueves, 19 de marzo de 2015

Historias de Canción 7

No sé si quedan amigos con los que pueda contar; ya sabes, amigos de verdad. Es el problema que tiene todo esto que ha ocurrido: hace que resulte especialmente difícil discernir entre amigos y... ¿cómo llamarlos? ¿Aprovechados?

Pero desde aquel extraño accidente soy incapaz de negarme a nada. Ni puedo negarme a pagarle una millonada al psicólogo, pese a que ya no sabe qué más probar, ni puedo negarme a hacerles favores a mis amigos. Y hete aquí el problema. ¿A quién, de entre todos a los que hago favores, puedo considerar amigo?

Supongo que un modo de averiguarlo sería pedirles yo un favor a cada uno, y quien lo cumpliera sin reparos podría ser declarado amigo. Aunque, por otra parte, seguiría siendo incapaz de negarme a hacerles favores a los demás, pese a saberles aprovechados.

Me hallo en un brete.

Por eso hablo contigo, para consultarte, para que me des alguna idea de qué hacer, de cómo actuar.

¿Conoces algún modo de librarme de mi problema, de aprender a decir la palabra con "n"?

1 comentario:

  1. La palabra amistad esta en peligro de extinción en los tiempos que corren. Yo mas que pedir un favor para pronarlos, le daría tiempo al tiempo y veras como a cada cerdo le llega su San Martín.

    ResponderEliminar

Recuerda que en éste blog no están permitidos los enlaces de ningún tipo. Si en la moderación de los comentarios encontramos alguno, procederemos a borrar vuestra aportación.
Lamento la situación, pero la ley nos obliga.