miércoles, 25 de febrero de 2015

La fascinación por los viajes en el tiempo

Supongo que la atracción por este subgénero de la ciencia ficción puede deberse a que todos tenemos, quien más y quien menos, algo de nuestro pasado que nos gustaría cambiar... o vivir de nuevo.

En general, tanto en la literatura como en el género audiovisual (especialmente en este último), predominan dos versiones de los viajes en el tiempo. Hay más, pero estas podrían considerarse las principales:

           -Lo que hagas en el pasado, por pequeño que sea (como pisar una mariposa en el jurásico) puede tener efectos catastróficos en el presente a causa del efecto dominó. Esta versión la aprendí con "Regreso al Futuro", donde Marty McFly se enfrenta a la posibilidad de no nacer.

           -El tiempo es imperturbable; hagas lo que hagas en el pasado, sólo servirá para que éste derive en el presente que ya conoces. Esto, cómo no, lo entendí con "Terminator". Sin contar el final de la película por si alguien no la ha visto, sólo diré que si no hubiera habido viaje nada habría ocurrido. Otro ejemplo de esto sería Fry, de Futurama, siendo su propio abuelo.

Pese a haber comenzado con ellas mi acercamiento al género, en la actualidad ninguna de estas películas me atrae en exceso. No me ocurre así con cierta serie británica en la que se realiza como mínimo un viaje en el tiempo por capítulo. Me refiero, cómo no, a Doctor Who, serie poco conocida en nuestro país pese a haber celebrado hace poco su 50 aniversario. Y es que, pese a haber estrenado el episodio especial en los cines, ese mismo año dejaron de echarla aquí por televisión. Y ya entonces sólo lo hacían a través de un canal de pago.

Pero de Doctor Who hablaré, seguramente, en alguna ocasión posterior.

Esta entrada venía causada, principalmente, por el estreno de la nueva serie "El Ministerio del Tiempo", estrenada anoche en La1. Serie que pasaré a comentar a continuación.

En relación con lo dicho más arriba, el personaje procedente del siglo XXI, que será nuestros ojos a esta realidad, al poco de verse introducido en la historia compara el cometido del Ministerio con la primera película de Terminator: viajar al pasado para evitar que sea cambiado y nuestro presente varíe. Para ello, los funcionarios que trabajan en el Ministerio (pues insisten en la idea de que ésto es lo que son, como en el resto de ministerios) proceden de diversas épocas del pasado de España. Tan pronto ves a Velázquez haciendo un retrato robot en el presente como aparece un conserje, portero, o lo que fuera en 1808 quejándose de que les han quitado la extra de navidad.

La serie incluye mucha comedia, algo que resulta natural al proceder los personajes de tan diversas fechas. Y, al menos por el momento, los chistes parecen estar bien ubicados, sin abusar de ellos. Como la cuestión del uso del móvil que, utilizando un par de almohadillas para incluir tras el número la fecha a la que estás llamando, puede usarse para contactar de una época a otra, aunque a veces se bloquea. Y la única solución cuando esto ocurre es apagarlo y volverlo a encender.

En esta realidad no existe la máquina del tiempo, sino que utilizan las "Puertas del Tiempo". Secreto desvelado por un judío a los Reyes Católicos para evitar su expulsión de la Península, cosa que consiguió... pues fue quemado en la hoguera por brujería.

Detalles como estos hacen que todo resulte más real, casi haciéndote olvidar cierta inconsistencia. Si las puertas sólo están abiertas al pasado, que ya ha ocurrido, y no al futuro, ¿por qué dos hombres de 1808 pueden llegar hasta nuestros días si ésto para ellos es el futuro? Particularidad ésta que se olvida fácilmente en beneficio de la diversión.

Y es que ésta es una serie de aventuras a través de distintas épocas aderezada con mucho humor. Como la escena en que muestran un tampón a la chica de finales del siglo XIX, la comparación de un soldado "real" de Flandes con Alatriste o el homenaje a Sancho Gracia cuando el personaje interpretado por su hijo, a la hora de registrarse en una posada en 1808, dice llamarse Curro Jiménez.

La serie explora la historia de España, sí, pero también su cultura. Yo, por el momento, continuaré viéndola, con curiosidad sobre lo que nos deparará en el pasado.

2 comentarios:

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