sábado, 21 de febrero de 2015

Finde Nostálgico: La casa del revés (de Araxis)

Era cerca de medianoche cuando el reloj de cuco dio las tres. Se trata de un reloj realmente extraño, funciona a la perfección a todas horas excepto a las doce de la noche. En ese momento, en vez de tocar doce campanadas, toca tres. Y, como en aquella casa no había televisor, en vez de doce uvas se tomaban tres.

Como decía, sonaron tres campanadas y eran las doce de la noche. Justo después se escuchó el crujido de una puerta. Sí, he dicho crujido. Normalmente las puertas chirrían y el suelo de madera de una casa vieja cruje. Pero esta es una casa extraña, aquí las puertas crujen y el suelo chirría.
En fin, que crujió una puerta. Se vieron unos pasos (no, no se me va la cabeza, aquí los pasos se ven y no se oyen) y apareció un enano de dos metros. Lo normal es que los enanos midan un metro, más o menos, pero este ser era hijo de dos enanos de un metro y medía dos. A veces la Madre Naturaleza también comete errores. El enano de dos metros no tenía barba (otra rareza suya) y sus ojos eran de un verde celeste.
Lentamente, dando pequeños pasitos ( y no largas zancadas como corresponde a alguien de su tamaño) fue hasta un sofá, que chirrió (sí, aquí los sofás chirrían). Se trataba del dueño de la casa que, al mismo tiempo, no era el propietario.
Esto se debe a que la casa pertenecía legalmente a su hermano gemelo (que sí que medía lo que un enano normal, así que no eran unos gemelos normales y corrientes), pero era él quien vivía en ella y le pagaba todo (con el oro mágico de los gnomos, del que tenía mucho pero nadie sabía cómo lo conseguía).
El enano con pinta de ogro y tamaño de jugador de baloncesto se mecía en la quieta mecedora (que no se movía del sitio, sino que la casa se movía a su alrededor).
Un rato después de que el reloj de cuco diera las tres (pese a ser medianoche) se vio un golpe (que sí... que en la realidad los golpes se escuchan, no se ven).
En fin. Se vio un golpe y apareció el hermano gemelo del enano gigante, ese que sí que medía lo que un enano normal. Al verle, el enano gigante se levantó de la mecedora y se chocó con la lámpara del techo. Ésta no estaba encendida, porque de noche en la casa había más luz natural que de día (aunque en España sucede al revés).
Se acercaron y el recién llegado se encorbó para abrazar al otro (aunque era más bajo parecía aún más bajo que el enano de dos metros).
Ambos se quedaron hablando hasta el anochecer (cuando salió el sol), momento en el que se despidieron y el hermano gemelo se fue a su casa normal.
El enano gigante se quedó en su mecedora y poco tardó en despertarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Recuerda que en éste blog no están permitidos los enlaces de ningún tipo. Si en la moderación de los comentarios encontramos alguno, procederemos a borrar vuestra aportación.
Lamento la situación, pero la ley nos obliga.