martes, 7 de julio de 2015

Misión 59J317


  • Objetivo 1: Que los vecinos de la casa de enfrente no pongan la música a tope
  • Objetivo 2: No hacerlo con amenazas o violencia
  • Agentes para la misión: Lío y Lúo
Es casi medianoche en el Hogar... y en el resto de la ciudad, claro. El cielo está plagado de estrellas, aunque con la contaminación lumínica procedente de la ciudad el más avispado y de visión más aguda de los observadores apenas sería capaz de contar hasta diez. Y lo más probable es que le faltaran dedos. La temperatura, pese al calor del día, es ahora agradable gracias a una suave brisa. Con estos datos, parecería que hay esta noche condiciones favorables a un buen descanso. Sin embargo, esto no es así.

Una de las casas de la calle, precisamente la que se encuentra enfrente del Hogar, tiene el volumen de la música a tope. Por supuesto, esto supone que nadie duerma. Todos andan desesperados; hasta han llamado a la policía, pero es la noche del sábado y están recibiendo tantas llamadas que calculan que llegarán dentro de una hora. Como muy pronto.

Nys propone ir con un par de espadas, y de ese modo cortar (literalmente) el problema de raíz. Pero todos coinciden en que esa no es la forma apropiada de afrontarlo. Tras una pequeña tormenta de ideas, envían a los gemelos.

Ellos se ponen las chaquetas encima del pijama, para remarcar las horas que son, se calzan las botas y se lanzan a la calle. Ya frente a la puerta de los vecinos llaman al timbre. Inseguros sobre si dentro de la casa han sido capaces de escuchar el timbre, uno de ellos alarga la mano para llamar de nuevo en el momento en que se abre la puerta. Frente a ellos hay un armario. No literalmente, pero lo cierto es que por su constitución y su camiseta lo parece totalmente.

Los gemelos comienzan de manera sutil. Se presentan en una voz media-baja, de modo que el "armario" se ve forzado a salir y cerrar la puerta para poder oírles. Después, empiezan a exponer la situación.

Van turnándose en su discurso; cada uno dice una frase,por lo que su alegato discurre sin interrupción durante largos minutos. El vecino va alternando la mirada entre uno y otro, por lo que tras un rato cierra los ojos y se los frota con los dedos. Al final asiente, les da las buenas noches y entra de nuevo en su casa. Segundos más tarde finaliza bruscamente la música.

Los gemelos se vuelven al Hogar con ganas de volver a la cama. Una vez entran, los demás les preguntan cómo lo han hecho. Lío y Lúo se miran, sonríen y dan las buenas noches sin contestar.

Estado de la misión: cumplida. Al menos esta noche.

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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.