No me preguntes si anoche estaba en casa, descansando como te dije que haría. No querría tener que mentirte. Porque sí, es cierto que no lo hice, que pasé largas y penosas horas fuera de casa, buscando...
Buscando qué, te preguntarás.
No es algo fácil de explicar. Ya te imagino poniendo los ojos en blanco, como siempre haces cuando te voy a contar alguna excusa increíble. Pero esto no es una excusa. Es una búsqueda real, una difícil de comprender debido a todo lo que conlleva.
Y en ese "todo" se incluye una visita a las alcantarillas.
Por eso no puedo ir a comer contigo hoy. Pese a las innumerables duchas que ya me he dado, no logro oler mínimamente normal.
Y no querría aguarte la comida con olor a desechos.
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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.