Publicada originalmente el 16 de junio de 2010, por Araxis
De Helena a Nicolás, lunes 29-agosto-2005
Querido Nico:
Te extrañarás de que te mande una carta sin esperar la tuya, pero no podía esperar a que llegara.
En mi última carta te escribí que no había sentido nada extraño, pero esta mañana me ocurrió algo. ¿Recuerdas que te dije que hoy tenía que ir al despacho de mi jefe? Bien, pues cuando fui a su despacho, me dijo lo que me imaginaba. Pero, cuando salí, de lo nerviosa que me puse fui al cuarto de baño, me miré al espejo y ¡no me veía! Estaba delante del espejo, pero sólo veía mi camisa, no mi cabeza ni mis manos. Entonces abrí el grifo, me lavé la cara (por si era un efecto óptico) y, poco a poco, volví a verme.
No estoy segura de si fue real o un efecto óptico. Sin embargo, estoy muy asustada. Podría haber sido real, así que, si lo es, a tí te podría pasar algo parecido.
Escríbeme en cuanto puedas
Helena
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