Publicada originalmente el 23 de octubre de 2009, por Erebyel
Comienza la semana con Lengua Castellana y Literatura como primera asignatura del Lunes. Todos odian empezar a las ocho las clases, pero saben que es irremediable por mucha resaca que aún lleven encima por su titánico fin de semana de 55 horas de juerga.
Tras esperar diez minutos, todos comprueban como J.J. se ha quedado dormido, mientras que Susana no llega. Sigue sin llegar tras diez minutos más. Aquí, ya todos miraban el reloj y se oía un murmullo muy repetitivo que decía: diez minutos más y nos vamos media hora a desayunar.
29 minutos más tarde... Susana entra en la clase, resoplando y tropezándose con todo lo que hay delante de su nariz. Parece no haberse dado cuenta y tenía algo pegado al pelo parecido a un rulo, todo el mundo comenta ese olvido... algunos chicos incluso piensan cosas increíbles.
Y... ¿eso no es un tampón de esos que usan las chicas? (Miguel Ángel)
Puede, no lo sé. (Julio)
Jo, ¿eso significa que su resacón es por culpa de una novia? No tiene anillo en el dedo, puede que sea porque es lesbiana. (Miguel Ángel)
Puede, pero recuerda que ahora puede casarse. (Julio)
Sí, sí, pero yo no la veo eh... es demasiado... (Miguel Ángel)
¿Se la ve demasiado salida no? (Julio)
En fin, parece que no ha dormido en todo el fin de... (Miguel Ángel)
¿Tú te la tirarías? (Julio)
Sí, pero sólo muy borracho. (Miguel Ángel)
Yo la haría de todo. (Julio)
Joder tío, contente. (Miguel Ángel)
Susana se percató de la actividad irregular entre filas y se acercó, descubrió la nota y le obligó al pobre Miguel Ángel a leerla en alto. Ésto probocó un parte de los gordos en el expediente de ambos y su expulsión de una semana de la clase.
Poco después sonó el timbre y la profesora se marchó, aún indignada.
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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.