sábado, 14 de noviembre de 2015

Finde Nostálgico: Conversaciones de Papel (32)

Publicada originalmente el 25 de septiembre de 2009, por Araxis

En la clase de química Lorenzo estaba intentando que los alumnos intentaran retener la ley de la conservación de la masa. Comprobó con disgusto que, a pesar de aparecer en el libro, muchos pusieran "Ley de Labocier" en vez de "Ley de Lavoisier". Por lo que decidió dejar de desperdiciar el tiempo y pasó directamente al desarrollo de la teoría de la Conservación de la Energía en las Reacciones Químicas colocando algún ejemplo y, como siempre, sólo Sandra prestaba atención. El resto de la clase soñaba con hallar el modo de terminar con todo eso.

¿A que no sabes en qué estoy pensando? (JJ)
¿A que no me importa? (Yolanda)
Pienso en que tal vez pueda encontrar algún conjunto de reacciones químicas... (JJ)
¿Para qué? ¿Para conseguir un cerebro que funcione? (Yolanda)
No, y no me quites la hoja cuando estoy escribiendo. Digo que tal vez exista algo en el mundo de las reacciones químicas que vuelvas a lo que Bernabé llama el buen camino. (JJ)
¿Qué? ¿Volver al buen camino? Para que lo sepas que, siendo primos, nos enrollemos no es precisamente el buen camino. Y hará falta algo más que una reacción quimica para que yo deje de ser bollera. (Yolanda)
Cruzándose de brazos, Yolanda, devolvió el fragmento de papel a su primo y se dispuso a prestar atención a Lorenzo, el profesor... acto del cual se arrepintió casi al instante, ya que comprendió que no entendía nada.
Mientras, en otro lado de la clase, Fernando y Julio mantenían otra conversación de índole menos sexual.
¿Ves? ¡Y tú decías que la magia no existe! (Fernando)
Y no lo hace. Además, ¿a qué viene eso ahora? Yo no te he dicho nada. (Julio)
Pero el profesor sí. (Fernando)
¿Ah, sí? Pues yo no le he escuchado mencionar la magia, elfo, deberías revisar la funcionalidad de tus puntiagudas aunque creo que deficientes orejas. (Julio)
No, a ver. Ya sé que el profesor no ha mencionado la magia, Julio, mis oídos funcionan perfectamente. Pero sí ha dado la explicación que profanos como tú pueden entender que es magia. (Fernando)
¿Ah, sí? Y esa explicación cuál es? (Julio)
Reacciones químicas. (Fernando)
¿Qué? (Julio)
Digo que la magia es, en parte, lo que tú llamas reacciones químicas. (Fernando)
¡Las reacciones químicas son reacciones químicas, no magia! ¡La magia no existe! (Julio)
¡Sí existe! (Fernando)
¡No existe! (Julio)
¡Sí existe! (Fernando)
Bueno, si así te tranquilizas, admitiré que a veces a las reacciones químicas se las llama magia, pero nada más. (Julio)
Mira que eres testarudo, ¿eh? (Fernando)
Pues anda que tú... (Julio)
Justo cuando iban a volver a empezar a discutir sonó el timbre de final de clase, por lo que guardaron el fragmento de papel y las demás cosas que tenían en la mesa y salieron con sus compañeros al patio, sin que nadie (ni siquiera Sandra) se diese cuenta de que el profesor todavía pretendía dar clase al menos cinco minutos más.

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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.