Los números tenían para él un significado especial, una especie de alma. Había sido así desde niño, y seguía siéndolo ahora que alcanzaba casi el medio siglo de vida.
Desde su más tierna infancia, los números no habían guardado ningún secreto para él, siempre había sabido desvelar el interior de sus almas de modo que pudiera acceder a su verdadero significado. Ni siquiera los números más complejos, de un montón de cifras y decimales y elevados a potencias altísimas se le resistían durante más de unos pocos segundos.
Hasta el día que se topó con los números romanos.
Ohh que miedo me dan los números Romanos :P. Por cierto. Me gusta el nuevo look de tu blog. Sds
ResponderEliminar