sábado, 27 de mayo de 2017

Historias de Canción 23

Desde que tú te has ido nada ha sido lo mismo. El tiempo pasa lentamente, cada segundo resulta eterno. Sin ti todo languidece y pierde todo su valor. Los colores se confunden y las emociones se vuelven homogéneas, se mezclan hasta formar algo similar a la apatía.

Antes, cuando tú estabas, nadie estaba ni de lejos apático, más bien lo contrario. Brillaban las emociones, tanto positivas como negativas, y las ideas corrían y se intercambiaban por doquier.

Pero al final te marchaste.

Desde entonces, lo único que hacemos aquí es mirar el calendario, calculando una y otra vez cuánto tiempo falta para tu vuelta. Mas lo hacemos tan a menudo que apenas se nota diferencia entre un cálculo y el siguiente.

Afrontémoslo; ya antes de venir sabíamos que esto iba a ocurrir, que te marcharías y tardarías meses en volver. Nos lo advirtieron.

Aun así, cuesta mucho acostumbrarse a seis meses de sol y otros seis de oscuridad.

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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.