Destino. Esta es una palabra que ronda mucho por mi cabeza últimamente. ¿Existe el destino, como algunos afirman? ¿O el libre albedrío no es una ilusión, sino la única realidad existente? ¿Cómo saberlo?
Mi compañero me ve pensativa, con la mente en otra parte, y se preocupa al considerar que eso no es normal. No lo dice, es demasiado respetuoso para ello, pero temo que pueda pensar que me estoy volviendo loca. Y eso puede afectar negativamente a nuestro trabajo.
Porque cuando viajas por el tiempo, tratando de arreglar las coas para que ocurran como ya sucedieron, no puedes perder de vista tu misión, o acabarías provocando la muerte de algún personaje histórico antes de la cuenta. Y a ver luego cómo arreglas eso.
Pero no puedo quitarme de la cabeza la imagen de esa tumba, de mi futura tumba. Tu marido, tu hija... ¿Quiénes serán, cómo serán sus vidas? ¿Podrían mis actos futuros, de algún modo, evitar su futura existencia o estoy atada a ellos, aun sin conocerlos, a causa del destino?
La segunda temporada del Ministerio del Tiempo ha comenzado. ¿Resolverán este asunto y explicarán la fotografía?
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Lamento la situación, pero la ley nos obliga.